Está dividida por el Estrecho del Bósforo en dos partes, una en Asia y otra en Europa. La prodigiosa historia de Estambul y su permanente actividad económica es debida a su situación entre dos corrientes de civilización: la del Mediterráneo al mar Negro y la de Europa a Asia.
Hasta el año 330 se la denominó Bizancio, y posteriormente, hasta el 1453, Constantinopla. Su actual denominación, İstanbul, le fue otorgada el 28 de marzo de 1930.
Estambul fue la capital del Imperio Romano de Oriente y del Imperio Otomano. El 29 de octubre de 1923 se estableció la República y la capital se trasladó a Ankara.
La gran mayoría de su población es de confesión musulmana, con minorías de cristianos y de judíos. Desde el punto de vista religioso también es la sede del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, cabeza de la Iglesia Ortodoxa.
En 1985 fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
Veamos un poco más sus períodos históricos:
El origen: Bizancio
Bizancio fue fundada en la orilla europea en el año 667 a.C. por colonos griegos de Megara, a lo largo de un golfo profundo y resguardado: el Cuerno de Oro.
En el siglo V a.C. fue ocupada y destruida por los persas. En el 479 a.C., el espartano Pausanias comenzó su reconstrucción. En el 409 a.C. pasó a manos de los atenienses hasta el 405 a.C. en que, de nuevo, fueron expulsados por los espartanos. Los atenienses volvieron a recuperarla en el 390 a.C.
Durante el reinado de Alejandro Magno, 336 a 323 a.C., perteneció a los macedonios. Hasta el año 279 a.C., en que los celtas la impusieron un tributo, fue relativamente independiente.
El Imperio Romano
En el año 191 a. C. fue reconocida por Roma como ciudad libre, aunque en el año 100 a.C. fue posesionada por la República.
En el año 197 el emperador Septimio Severo la saqueó y destruyo sus murallas. Después decidió reconstruirla a imagen de otras colonias occidentales, duplicando el recinto amurallado.
El Imperio Bizantino
Constantino I el Grande comenzó a erigir la nueva Roma en el año 324 y en el 330, fue consagrada bajo el nombre de Constantinopla, o ciudad de Constantino, convirtiéndola en capital del Imperio Romano de Oriente, conocido como Imperio Bizantino.
Para sus habitantes fue siempre una capital romana. Fue construida sobre «siete colinas», a imagen de Roma, y dividida en catorce regiones, diez de ellas se encontraban dentro de las murallas. La primera Catedral de Santa Sofía, construida por Constantino II junto al Gran Palacio y consagrada en el año 360, sufrió graves daños en el 532, por lo que Justiniano levantó una nueva catedral.
Debido a su posición estratégica entre Europa y Asia, Constantinopla controlaba tanto la ruta entre estos dos continentes como el paso del Mar Mediterráneo al Mar Negro, lo que motivó que, durante siglos, fuese la gran urbe europea medieval mientras que la parte occidental del Imperio Romano entraba en una profunda crisis política, económica, comercial y demográfica.
La ciudad pasó de 30.000 habitantes en la época de Septimio Severo, hasta 400.000 durante el reinado de Justiniano.
Durante los siglos VII y VIII el Imperio sufrió una pequeña crisis. En los siglos IX y X, con el Cisma de Oriente, volvió otra etapa de renacimiento. Aunque con las cruzadas comenzó la decadencia del Imperio, la ciudad conservó su importancia como centro cultural y comercial del Mediterráneo.
Constantino XI, último emperador del imperio, murió defendiendo la ciudad. Se la denominó Constantinopla hasta la caída del Imperio Romano de Oriente en 1453 y en Europa hasta el siglo XX en lugar de Estambul.
El Imperio Otomano
Después de largos años de conflictos con los turcos, que ya habían conquistado el resto del Imperio Bizantino, Constantinopla cae bajo su dominio el 29 de mayo de 1453, en que Mahomet II, entraba a caballo en Santa Sofía, que fue transformada en mezquita. Esta fecha marca el final de la Edad Media.
Durante este periodo, la ciudad sufrió una profunda transformación cultural pasando de ser bizantina imperial a otomana, y de cristiano ortodoxa a islámica. Aunque algunas iglesias fueron convertidas en mezquitas, muchas se conservaron y además fueron construidas nuevas mezquitas alrededor de la ciudad para conmemorar los reinados de los sultanes.
La República de Turquía
El 29 de octubre de 1923, la historia de Estambul dio un giro importante cuando Mustafa Kemal Atatürk estableció la República y la capital se trasladó a Ankara.
En 1930, Estambul adoptó oficialmente el nombre de İstanbul. En la década de los años 50 y 60 sufrió un gran cambio estructural. Un gran número de descendientes de griegos, pertenecientes a la numerosa comunidad griega, marcharon a Grecia después del asalto a las comunidades armenia, griega y judía, acontecido en 1955.
En los años 60, sacrificando edificios históricos, se construyó en Estambul una moderna red de transporte público.
En 1963 se firmó el Acuerdo de Ankara, primer paso en su proceso de integración en la Unión Europea. Durante los años 70, Estambul experimentó un importante crecimiento demográfico debido a la emigración procedente de Anatolia, que buscaba trabajo en muchas fábricas construidas en las afueras de la ciudad. Esto provocó una explosión inmobiliaria y que muchos de los pueblos de la periferia fuesen absorbidos por la ciudad.
Actualmente, Estambul es una de las ciudades más turísticas de Europa y cada año es visitada por millones de personas.